Intervención en la Panadería La Nueva Era
Andrea Cavagnaro / Karina Granieri
La Plata, 2007
Peluche, pinturas, masa de cremona, mate
Colaboración de Agustín Blanco y Mauro Oliver
En 1889 Errico Malatesta abandona la
Argentina, dejando atrás el combativo sindicato que él había ayudado a
organizar, el de Panaderos. Además de pan, en los locales de panadería
argentinos despachan también la repostería matinal que más habitualmente
desayunan los porteños, las "facturas", de gusto dulce y horneadas a
partir de una mezcla de harina, levadura y manteca. Algunas de ellas son
de origen europeo, pero en Argentina adquirieron formas singulares y
apodos sugerentemente blasfemos (…) Blasfemia y gastronomía: las
muestras de repostería argentina llevan por nombre "cañones", "bombas",
"vigilantes", "bolas de fraile", "suspiros de monja" y "sacramentos",
para escarnio del ejército, la policía y la iglesia respectivamente.
¿Habrá existido una secreta conspiración de los oficiales panaderos de
ideas anarquistas para dar nombres blasfemos a las facturas? Cabe
conjeturarlo: el vínculo entre palabra y comida parece haber sido
suturado con hilo de coser ideológico. El sindicato de panaderos fue
conducido por dirigentes anarquistas por varias décadas (…) Ahora ha
pasado el tiempo, y los habitantes de Buenos Aires de la actualidad ya
no reconocen en los nombres de la repostería que suelen degustar por las
mañanas su retintín inquietante, pues rara vez pensamos el vínculo
entre nombre y forma, entre palabra y cosa, menos aún la relación entre
origen político-lingüístico y costumbre gastronómica (…) Y sin embargo,
cada vez que mordemos una factura, el crujido de lo que en otros tiempos
fuera sarcasmo sedicioso popular resuena entre los dientes. Cristian Ferrer
Intervinimos
la panadería con pinturas y objetos, y el panadero realizó 6 grandes
“A” anarquistas con masa de “cremona”. Ese domingo invitamos a los
vecinos a tomar mate y compartir las cremonas en la calle, como un modo
poético de acercarnos al otro a través de ideas que hoy parecen
olvidadas.
For English, please scroll down.
The bakers’ union in
Argentina had a strong Anarchist influence at the end of the XIX Century.
Bakeries in Argentina usually also sell “facturas”, local pastries; back then the bakers
suggestively named their creations “cannons”, “bombs”, “watchman”, “priest’s
testicle”, “nun’s sigh” and
“sacrament”, respectively alluding to the army, the police and the church. Was
it some kind of anthropophagy? Was it for eating the enemy
somehow?
Nowadays contemporary Argentineans don’t recognize the names of the pastries
they usually have for breakfast, because we rarely think about the relationship
between names and shapes, names and things. And even to a lesser extent, about
the relationship between political-linguistic origin and culinary use. (From a
text by Christian Ferrer).
We intervened the bakery with paintings of the facturas and
Anarchist letters. The baker made six big Anarchist "A" with “cremona”
dough (typical Argentinean bread). We invited the neighbors to have “mate” with
“cremonas” in the street that Sunday, as a poetical
connection with each other through those forgotten ideas.
1 comentario:
Hey yo estuve ahi, comiendo salame , rosca y mate!
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